jueves, 19 de agosto de 2010
Todos buscamos la verdad. Todos queremos encontrarla, pero a veces la verdad nos encuentra a nosotros primero.
La verdad siempre pulsa por salir a la luz. Está en su ADN, en su naturaleza, la verdad no resiste vivir en la oscuridad. La verdad ilumina, pero también proyecta sombras de eso mismo que ilumina.
La verdad nos hace responsables, un mentiroso sobre todo es un gran irresponsable.
La verdad es una herramienta con la que podes construir o destruir.
De chicos lo aprendimos jugando. Buscamos y tememos la verdad porque sabemos que toda verdad tiene su consecuencia. Verdad.
Hacemos lo imposible por poder tocarla. Cuando buscamos la verdad lo que en realidad buscamos es su consecuencia. ¿Pero estamos listos para conocer la verdad? ¿Estamos listos para afrontar sus consecuencias?
La verdad siempre tiene un precio ¿Estamos dispuestos a pagarlo? Curiosidad, deseo, un sentido a nuestra vida. Eso es la verdad.
Hacerse cargo de la verdad y accionar, eso es consecuencia. Consecuencia es lo que sigue a la verdad. Es en definitiva el motivo por el que buscamos la verdad. Toda verdad tiene su consecuencia. Y toda mentira tiene su consecuencia.
miércoles, 18 de agosto de 2010
Mañana va a ser un gran día te lo digo yo, nos vamos a mirar las caras entre todos. El norte no va a estar arriba, va a ser todo sur, ya no van a sangrar las manos de esos pocos. Ya no hay dolor, ya no duele y no va a doler.
Si todo lo que te lastima el tiempo lo hace durar hasta que seas consciente que no te hace daño, si yo no se lo digo a nadie, pero me di cuenta que pudo ser peor, que no fue para tanto.
Ya no hay dolor, ya no duele y no va a doler.
Mañana va a ser un gran día te lo digo yo, nos vamos a mirar las caras entre todos. Y vos preguntarás por qué esperamos tanto, solo para tomar impulso y llegar más alto -
jueves, 12 de agosto de 2010
No quiero quedarme sentado, no quiero volver a tu lado, creo que me gusta así. Ya paso el tiempo y espero saber por qué estando tan lejos no te quiero ver.
Cantando a pesar de las llamas, gritando con todas las ganas ♫♫♫♫
No comprendo qué me falta todavía, no sé si pueda esperar sólo me queda una triste melodía y no la quiero cantar.
No hay dolor que duela más que el dolor del alma, no se aleja así nomás. Cosas lo hacen aliviar, pero no lo calman ¿A quién querés engañar?
Y así son las cosas, así es esta vida no me quiero conformar, vos tendrás tu forma, yo tengo la mía solo aprendo a lastimar ♫♫♫♫
Cuando las lágrimas corren por tu rostro, cuando perdiste algo que no puedes reemplazar. Cuando amas a alguien, pero se desperdicia ese amor. ¿Podría ser peor?
Las luces te guiarán camino a casa y encenderán tus huesos. Y yo intentaré repararte desde las alturas o en el suelo.
Cuando estás demasiado enamorado para olvidar si nunca lo intentas, nunca sabrás.
miércoles, 11 de agosto de 2010
Todos le tenemos miedo a las pesadillas… pero hay que tenerle miedo a los sueños felices, porque es de eso de lo que no queremos despertar.
Si sos optimista, un realista te resulta pesimista.
Vivir soñando es como tener una tarjeta platino sin límite, y que nunca te llegue el resumen.
Si alguien despierta cuando estas teniendo una pesadilla, se lo agradecés. Pero si alguien te corta un sueño feliz, lo queres matar ¿o no?
Somos cenicientas que borramos el número doce de todos los relojes, para que nunca se hagan las doce y la carroza no se nos haga zapallo.
Claramente, todos odiamos al despertador, pero qué sería de nuestra vida sin él ¿no?¿Qué despierta un despertador cuando te despierta? Tus sentidos ¿no?.
Salís del sueño y empezás a ver, a escuchar, a oler, a sentir.
Pera poder despertar primero hay que desearlo. Luego intentarlo. Y después dejar que ocurra.
Mis amigas me preguntaban ¿Qué te pasa? Y yo les decía… “estoy re dormido”.
Sin dudas, necesitaba un despertador.
Out los terceros en discordia. En una buena comedia romántica se soluciona todo, y todos quedan felices y contentos.
Y después de todos los enredos al final los secretos se revelan. El que tiene que hablar, habla, el que se tiene que enterar, se entera. Todo se soluciona y final feliz.
Pero en la vida siempre algo que enrula el rulo. La solución que está ahí, al alcance de la mano, siempre parece escaparse.
Si uno viera de afuera la vida diría “no, no, no hagas eso bólido ¿no te das cuenta que la solución estaba ahí?”.
No bólida, no hagas como que no hay tal crisis, no niegues más.
“Pedazo de bólido” dice uno viendo como él se pierde cada vez más.
“No bólidos” dice uno, tenían la solución en las manos, pero el rulo siempre vuelve.
Bólidos, eso es lo que somos todos, unos bólidos que enrulamos el rulo cuando la solución es tan sencilla.
Somos unos bólidos que confundimos gordura con hinchazón, problema con solución.
El problema de la solución es confundir problema con solución. Es como creer que la tintura es el problema y la cana la solución.
Una dieta mágica te hace engordar el doble, un bronceador instantáneo te mancha la cara, una solución rápida te trae otro problema. Otras veces dejamos estar los problemas, confiando que se van a solucionar solos. Es como… como dejarte crecer el bozo y esperar que se vaya solo.
Somos bólidos por naturaleza. Muchas veces cuanto más queremos solucionar algo más lo complicamos. Pero a veces la solución llega sola, en el momento menos pensado.
Buscamos soluciones, siempre, hojas de ruta, señales que nos indiquen por dónde ir, hacia donde ir.
Solución es sinónimo de remedio, resolución, conclusión, resultado, desenlace, fin, termino, reparación, arreglo, recurso, final, salida, salvación, alivio, encontrarle la vuelta al rulo. Esa es la solución.